martes, 9 de agosto de 2011

Un año sin tí




Mi pekeduen, hoy hace un año que me dejaste aquí con la tristeza en el alma de saber que nunca jamás podría volver a tocar tu suave cuerpecito de nuevo. Fueron días muy duros en los que la enfermedad se apoderó de tí, apenas comías, sólo vomitabas y ni el amito ni yo sabíamos ya que hacer para recomponerte.
Hasta este día que estuviste en el quirófano no nos dijeron que tenías esta enfermedad tan mala... tú te habías portado tan bien siempre, nunca pudimos sospechar que estabas tan malito!!.
Ojalá pudiéramos haber hecho algo más por ti mi muñeco, pero no tuvimos ninguna oportunidad, solo pudimos dejarte marchar al cielo, para que de nuevo fueras feliz jugando con otros amigos.

Siempre estarás en mí, siempre, siempre... fuiste y serás mi único amigo, el verdadero amigo que nunca esperó nada a cambio de lo poco que podía darte. Estés donde estés, espero que estés siendo tan feliz como me hubiera gustado que lo hubieses sido hoy con nosotros.

Te quiero con todo mi corazón mi pequeño muñeco.